Es uno de los estores más utilizados para la decoración de una ventana. Un práctico enrollable con dos tejidos en rayas horizontales. La clave en la utilización de diferentes texturas, una más trasparente y la otra más tupida. Esto nos permite que según vayamos enrollando tengamos una mayor o menos entrada de luz.
Es la opción ideal para un estudio, una habitación infantil o juvenil o incluso una cocina. Si además es una estancia muy soleada la elección tendrá sus ventajas. Nos permite en invierno poder aprovechar al máximo la luz solar y tamizar los reflejos.
En cuanto a la gama de colores el blanco, el arena en su tonalidad más clara y el gris perla son los más utilizados. Las tonalidades más fuertes como los chocolates, negros o grises marengo solo se recomiendan en ambientes muy rústicos y concretos. También podemos ponerlo en tonos más vivos como el rosa, el azul… pero nos condicionará muchísimo la elección de la ropa de cama. En mucho mejor que te inclines por una tonalidad natural y le des el toque de color con un edredón o una colcha mas atrevida.
El accionamiento es muy cómodo a través de una cadenita de bolas. Además en la parte alta podemos decorarlo con un cajón de aluminio que permite tapar el tubo con los dos tejidos. El anclaje puede ser al techo o bien a la pared con unas escuadras.
También es la mejor opción para la ventana de un baño. Si lo ponemos con las líneas más tupidas no se trasparentará nada desde fuera. Pero si lo dejamos con la línea más translucida nos permite no perder la luz natural. Mucho más práctico que un tejido completamente oscurante. Si además lo elegimos de un tono acorde con los azulejos el resultado te encantará.
