Toma nota de estos sencillos consejos para el lavado y buen mantenimiento de la tapicería del sofá, sillas, tulipas de lámparas y cabeceros tapizados.
TAPICERÍA DE SILLAS Y SOFÁS IMPECABLE.
Si lo que queremos es quitar las típicas manchas o zonas oscuras por el roce ( donde se apoya cabeza, brazos…) cogeremos un barreño con un buen chorro de AMONIACO PERFUMADO. Iremos frotando con una bayeta por todo el sofá Aclararemos con un trapo con agua sola. Poco a poco la suciedad del sofá pasará al agua del barreño. Quedará perfecto. Pruébalo. El amoniaco es el producto más eficaz en la limpieza de los textiles.
Además de los aspirados periódicos, también podemos optar por un baño de sal. Se trata de frotar la tela con sal y dejarla que actuar sobre la tapicería durante una hora. A continuación la eliminaremos con un cepillo. Esto evita la acumulación de polvo y absorción de grasa.
Si la tapicería de colores intensos pierde su vivacidad, podemos conseguir que el color vuelva a brillar, frotándola con un trapo mojado en éter.
PANTALLAS DE LAMPARAS EN BUENAS CONDICIONES.
Si la pantalla es de tela, la aspiraremos periódicamente. Nunca intentaremos lavarla. El armazón puede oxidarse. En el caso de una mancha persistente, frotaremos suavemente con una esponjita húmeda con amoniaco.
Recuerda situar las pantallas fuera del alcance de los rayos solares, ya que se decoloran y se queman.
CABECEROS DE TELA IMPECABLES.
Para mantener en perfectas condiciones un cabecero tapizado en chenilla, falso terciopelo o tejido, lo rociaremos con un espray impermeabilizante. Así evitaremos las rozaduras y los brillos.
Lo aspiraremos y lo frotaremos con un trapo humedecido en amoniaco. Si el cabecero tiene una mancha grave, utilizaremos espuma seca para tapicerías y luego secaremos la zona tratada con un secador de mano.
En el caso de cabeceros de poli piel la limpieza será con agua con jabón neutro. Es importante que una vez limpio hagamos un secado a conciencia para que los restos de agua no puedan dañar el material.